¿Cuánto vale mi empresa?
Contrariamente a la creencia común, el valor de una empresa en funcionamiento no es igual al valor contable de su patrimonio, ni al de sus activos fijos. Ello equivaldría a reducir su valor a una fracción de su valor de mercado según criterios contables o estáticos ya que en este caso se estaría obviando que se trata de un negocio en marcha, un ente dinámico y en evolución.
El valor de una empresa en funcionamiento se determina en función de la calidad de los flujos de efectivo que el manejo de sus activos es capaz de generar. Dicho de otro modo, su valor está dado en función del dinamismo de su operación y rentabilidad. En ese sentido, un ejercicio de valoración es una evaluación a la gestión del Gerente General de la empresa.
A continuación, se describe el proceso “universal” para determinar el valor de una empresa en funcionamiento:
1. Evaluar la coyuntura económica. Al valorar una empresa, indistintamente de su tamaño o actividad económica, es preciso partir de una evaluación de su contexto macroeconómico y del sector particular. Ello contribuirá a dar razonabilidad a las perspectivas y determinar si existe correlación (y en qué medida) entre la evolución del PIB, o sector de actividad, y los ingresos.
2. Documentar el modelo de negocios. Entender claramente la relación entre clientes, propuesta de valor, canales de distribución, tipo de relación con los clientes, ingresos, recursos clave, actividades clave, relaciones clave, estructura de costos.
3. Análisis de la información financiera histórica (estados financieros auditados de los últimos 5 años):
– La operación (Estado de Ganancias o Pérdidas) a fin de comprender como se han comportado los ingresos, costos, los gastos de venta, generales y administrativos e identificar su tendencia. Del análisis surgirán preguntas y se requerirán explicaciones que deberán ser respondidas satisfactoria y oportunamente por la Gerencia. En algunos casos será necesario “reinterpretar” la información. Este análisis busca concluir si el modelo de negocios de la empresa es rentable y sostenible en el tiempo, y determinar el EBITDA.
– El capital de trabajo (Balance de Situación): cuentas por cobrar, inventarios, gastos pagados por adelantado, cuentas por pagar, gastos acumulados por pagar. El análisis de cada uno de los anteriores busca determinar la eficiencia en su manejo (por ejemplo, la rapidez de la conversión a ventas de los inventarios y a efectivo de las cuentas por cobrar), conocer el capital de trabajo “neto” y su variación año a año. Adicionalmente, permitirá determinar las necesidades futuras.
– Las necesidades de inversión recurrentes en activo fijo (inversiones de capital o CAPEX en inglés).
4. Calculo del Flujo de Caja Libre:
EBIT[1] (1-tasa de IS/Renta) + (depreciación) + (amortización) – (cambios en el capital de trabajo neto) – (inversiones de capital).
El Flujo de Caja Libre es el efectivo disponible, generado por una empresa luego de realizar sus inversiones de capital en edificios, propiedades, planta y equipo. El efectivo resultante puede ser empleado para expandir la operación, desarrollar nuevos productos, adquirir otros negocios, pagar dividendos o reducir la deuda.
5. Proyección de la operación. En base a los análisis descritos en el punto anterior, y a un horizonte de 5 años.
6. Calcular la tasa de descuento. Usualmente, se emplea el WACC[2] para actualizar a valor presente los flujos de caja libre proyectados. Es preciso sensibilizar la tasa para simular variaciones (+/-) en los flujos.
7. Calcular una perpetuidad o valor terminal. Se asume que la empresa no cesará sus operaciones luego del quinto año de la proyección, sino que operará indefinidamente. Consecuentemente, hay que proyectar y descontar estos flujos y sensibilizarlos.
8. Valor del patrimonio. Finalmente, se obtendrá el valor de la empresa por los flujos de caja descontados. A este monto se deberá restar el valor de la deuda comercial (bancaria) para obtener el valor del patrimonio de los accionistas.
Debido a lo exhaustivo de los análisis descritos, un ejercicio de valoración constituye una herramienta de singular valor para la Gerencia General, en su continua búsqueda de mejora y creación de valor sostenible. Además de indicar cuánto vale la empresa, genera una serie de información sumamente valiosa sobre áreas clave del negocio que es preciso observar y mantener bajo control en el día a día, y que a menudo son descuidadas, afectando negativamente los flujos de caja operativos y, por consiguiente, el valor.
Debido a lo anterior, la valoración se ha convertido en una práctica cada vez más común en empresas privadas (no cotizadas en bolsa) en los EEUU y el Reino Unido durante los últimos 15 anos. Los empresarios panameños empiezan a reconocer su valor.
[1] Earnings before interests and taxes (beneficios antes de intereses e impuestos).
[2] Teóricamente, toda empresa financia sus activos a través de deuda o capital. El WACC es el promedio de los costos de financiamiento, cada uno de los cuales es ponderado por su uso proporcional.
Luis Ernesto González G.
Consultor de Negocios